La guerra alteró de manera determinante la marcha de la economía mundial. Los países beligerantes hubieron de adaptar su sistema productivo y recursos al uso militar.
Fabrica de tanques alemana. 1939.
La industria pesada sustituyó en importancia a la de bienes de consumo. La siderúrgica adquirió gran relieve, al ser imprescindible en la producción de acero y la fabricación de carros de combate, piezas de artillería, aviones, así como todo tipo de vehículos. Otro tanto sucedió con la industria química, esencial para la producción de explosivos.
Los gobiernos centralizaron y controlaron férreamente el sistema productivo, con el consiguiente menoscabo de la iniciativa privada de los tiempos de paz.
Cola para adquirir alimentos racionados. Reino Unido, 1939
Las necesidades de mano de obra fueron paliadas por la incorporación masiva de mujeres ancianos y niños al sistema productivo. Las jornadas laborales se convirtieron en muchos casos en extenuantes, viéndose incentivadas las horas extraordinarias trabajadas durante los días de descanso y en períodos nocturnos. La población civil fue víctima de duros racionamientos de productos alimenticios y carburantes, lo que alentó el florecimiento del mercado negro.
Trabajadora estadounidense. 1942
En Alemania las rápidas conquistas alcanzadas durante la primera fase de la guerra, posibilitaron el desarrollo de una economía sustentada en la explotación de los recursos materiales y humanos de los países ocupados. Sin embargo, a partir de 1942, tras el descalabro sufrido en Rusia y la pérdida del control de vastos territorios, el régimen nazi se vio obligado a compensar la falta de recursos recurriendo a la fabricación de componentes artificiales. Fue el caso del combustible, auténtico talón de Aquiles de las unidades acorazadas y motorizadas de la Wehrmacht. Durante las campañas en el N. de África los carros de combate y demás vehículos padecieron una gran escasez de gasolina; la situación fue aún peor durante la Contraofensiva de las Ardenas de 1945.
Poster estadounidense estimulando el ahorro doméstico de combustible
Los aliados, que contaban con una mayor extensión y variedad territorial, no padecieron las mismas dificultades que Alemania y Japón. El enorme potencial industrial estadounidense, unido a las importantes reservas petrolíferas y de materias primas controladas por el Imperio británico, les otorgó una gran ventaja logística.
Trabajadoras soviéticas
La Unión soviética, inmersa en una economía profundamente planificada, no encontró especial dificultad en adaptarse a la economía de guerra. El Plan Quinquenal de 1938 había hecho hincapié en ello. Destacable fue el esfuerzo llevado a cabo por los rusos, que lograron salvar gran parte su sistema productivo, sustrayéndolo al alcance del ejército alemán, mediante el traslado de fábricas completas al este de los Urales, desde donde siguieron suministrando armas y pertrechos al Ejército Rojo.
Una guerra total