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Consecuencias territoriales de la II Guerra Mundial |
La II Guerra Mundial llevó consigo importantes modificaciones en las fronteras. También un cambio radical en el equilibrio mundial.
La URSS recuperó los territorios perdidos en 1941 y amplió su dominio a costa de las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, parte de Finlandia (Carelia), Polonia y Alemania (parte de Prusia Oriental). Ocupó las japonesas islas Kuriles y Sajalín. También se apropió a costa de Rumanía, de la región de Besarabia.
Bulgaria cedió Macedonia a Yugoslavia, y Tracia a Grecia.
Italia renunció a todas sus colonias y devolvió Dodecaneso a Grecia. Perdió Albania, reconocida como estado independiente, así como todas sus colonias africanas, si bien mantuvo un mandato en Somalia.
Austria y Checoslovaquia recuperaron su independencia.
División de Alemania tras la guerra
Alemania fue devuelta a los límites de 1918, perdiendo los territorios del este, repartidos entre Polonia y Rusia, unos 100.000 km2. Quedó dividida en cuatro zonas de ocupación, administradas por las cuatro potencias aliadas (Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido y Francia). Más tarde surgirán dos estados: la República Federal de Alemania, con capital en Bonn, y la República Democrática Alemana, con capital en Berlín, que a su vez quedaba dividida en cuatro sectores.
Territorios japoneses administrados o perdidos tras la guerra
Japón se vio forzado a devolver los territorios ocupados a China (Manchuria y Formosa). Aunque conservó la figura del emperador (Hirohito), fue ocupado y sometido a la administración de Estados Unidos, que lo obligó a democratizar sus estructuras políticas.
Estados Unidos ocupó varias islas del Pacífico.
Corea quedó dividida en dos partes, en torno al paralelo 38º. La Norte, bajo la protección soviética; la Sur, bajo influencia norteamericana.
China recibió Formosa (Taiwán), cedida en 1895 a Japón, bajo presión.
Las consecuencias políticas de la guerra