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La guerra en el Pacífico: Pearl Harbor (1941) |
Soldados japoneses emitiendo gas venenoso en un ataque en China. 1940
Desde inicios de los años 30, Japón llevó acometió una agresiva política imperialista en Extremo Oriente. Buscaba abastecerse de materias primas abundantes y baratas y la creación de un extenso mercado donde colocar sus productos industriales. Exponente de ese objetivo fue la conquista de Manchuria, en 1931, y la guerra que desarrolló abiertamente contra China a partir de 1937.
Las victorias de Hitler sobre Francia, Holanda y Reino Unido habían dejado a sus respectivas colonias en el oriente asiático en una situación de extremada debilidad. Así las cosas, en 1940, Japón conquistó el norte de Indochina (colonia dependiente de la Francia de Vichy), en tanto que amenazaba Indonesia (perteneciente a Holanda) y las colonias británicas de Malasia, Birmania y Hong Kong. La repulsa de los Estados Unidos a esa política imperialista fue fulminante y, como advertencia, a finales de 1940 decretaron un embargo parcial de petróleo y hierro destinado a Japón.
Hideki Tojo, Primer ministro japonés, partidario de entrar en guerra con Estados Unidos
Tras las victorias alemanas en Rusia, los japoneses calcularon que la Unión Soviética se colapsaría en breve. Decidieron aprovechar la coyuntura y emprender la conquista del sudeste asiático. Pero para ello era necesario derrotar primero a la otra gran potencia con intereses en la zona: los Estados Unidos de Norteamérica.
Los estrategas japoneses más proclives a la guerra, encabezados por el general Tojo (Primer ministro), estimaban que para asegurar el éxito de la empresa, sus ejércitos necesitaban una intervención rápida que posibilitara la conquista de vastas regiones (Birmania, Malasia, Filipinas, etc.), para, a continuación, establecer una sólida línea defensiva en la zona central y suroccidental del Pacífico. Ello les capacitaría para resistir la prevista reacción de los americanos. Era por tanto preciso destruir su potente Flota del Pacífico.
Barcos dañados en Pearl Harbor tras el ataque japonés. 7 de diciembre de 1941
El 7 de diciembre de 1941 aviones japoneses embarcados en portaaviones atacaron por sorpresa la base de Pearl Harbor, en las islas Hawái, a varios miles de kilómetros del archipiélago japonés. Hundieron o dejaron fuera de combate 8 grandes naves, causando serios desperfectos en las instalaciones portuarias y provocando cuantiosas bajas humanas.
Al día siguiente el presidente Roosevelt declaraba la guerra al imperio de Japón. Los países americanos, con la excepción de Argentina, hicieron igual. Por otro lado, Alemania, Italia y los estados satélites del Eje declararon la guerra a Estados Unidos. Japón, sin embargo, no hizo lo mismo con la URSS, necesitaba manos libres para combatir a los norteamericanos.
Tropas japonesas entran en Manila (Filipinas), declarada ciudad abierta. Enero de 1942
A partir de ahí, Japón inició una carrera fulgurante de conquistas en las que fueron cayendo, entre otras, las posesiones británicas de Hong Kong, Birmania, Malasia, Borneo, Singapur (1942) y las americanas de Filipinas. Fue a raíz de derrotas japonesas en las batallas del Mar de Coral (mayo de 1942) y, sobre todo Midway (junio de 1942), cuando la expansión japonesa fue frenada y comenzó la ofensiva de los Estados Unidos.
Con ruptura de hostilidades entre Japón y Estados Unidos, la guerra mundial se desarrolló en tres escenarios principales: en primero, en Rusia, entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo; el segundo en África, entre alemanes e italianos de un lado, y británicos y estadounidenses de otro; y un tercero, entre japoneses y norteamericanos, en el Pacífico.
1942 fue el año en que las tropas del Tripartito comenzaron a cosechar sus primeras derrotas serias y se inició la contraofensiva aliada.
La contraofensiva aliada