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Una "guerra total" |
Goebbels saluda a un niño soldado entre veteranos. Berlin, 9 de marzo de 1945
Frente a conflictos anteriores, la Segunda Guerra Mundial se caracterizó por ser "total". En ella no se buscó la rendición del enemigo, más bien su absoluta aniquilación. Participaron en ella no solo militares, sino también civiles. Los alemanes, en 1945, cuando la derrota estaba próxima, movilizaron incluso niños procedentes de las Juventudes Hitlerianas, que contaban escasamente 14 años. Algo similar ocurrió con los ancianos, empleados como combatientes durante la Batalla de Berlín.
La ciudad de Dresde tras los bombardeos, entre el 13 y 15 de febrero de 1945
El conflicto adquirió desde sus inicios una fuerte condición ideológica y moral: se trataba de una guerra entre potencias que encarnaban el bien y el mal, lo que sirvió para justificar el uso de medios implacables, de cuestionable moralidad . Tal ocurrió con los bombardeos en alfombra llevados a cabo por los aliados sobre las indefensas ciudades alemanas, con el objetivo de aterrorizar a la población civil y forzar la capitulación de III Reich. O con el empleo de los dos ingenios atómicos contra Japón, cuando estaba ya prácticamente derrotado.
Las armas