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La II Guerra Mundial.
Los contendientes |
Los estados que intervinieron en el conflicto fueron muy numerosos. Básicamente, la distribución de fuerzas fue la siguiente:
Los países beligerantes a inicios del conflicto eran relativamente pocos: de un lado, Reino Unido, Francia, Polonia y países de la Commonwealth (Australia, N. Zelanda, Canadá, etc.). Del otro, Alemania y las anexionadas Austria y Checoslovaquia. China llevaba luchando contra Japón desde 1937, por eso hay quien considera que la Segunda Guerra Mundial comenzó verdaderamente en esa fecha y no en 1939.
El dictador croata Ante Pavelic con Ribbentrop. 1941
El denominado Eje lo integraban Alemania, Italia y Japón, junto a otros países aliados de Alemania: Hungría, Croacia, Bulgaria, Rumanía, Finlandia y Eslovaquia.
El bando aliado, con el tiempo, estuvo compuesto por 49 países en total, sin embargo, los más importantes por su implicación y potencial fueron Estados Unidos, Reino Unido, Unión Soviética y China. Francia quedó fuera de juego, tras ser derrotada, junto con Holanda y Bélgica, en 1940.
La Unión Soviética y Japón no entraron en guerra entre sí hasta agosto de 1945, casi al final de la contienda, fruto de las presiones de los aliados sobre la URSS. Ambas potencias habían firmado en 1941 un pacto mutuo de no agresión.
A lo largo del conflicto se fueron añadiendo muchos otros, que jugaron un papel limitado en las operaciones militares. Fue el caso de México, Colombia, Brasil, Bolivia, Irán, etc.
El potencial humano y económico de ambos bandos fue muy desigual. Aunque, tanto Alemania, como Japón tuvieron a su disposición enormes recursos obtenidos gracias las conquistas de las primeras fases de la guerra, los aliados poseyeron una clara ventaja sobre sus adversarios. No en balde Reino Unido y Francia contaban con vastos imperios coloniales y la URSS era el mayor más extenso estado del mundo. A partir de 1942 esa superioridad comenzó a sentirse de manera incontestable.
Entrevista entre Franco y Hitler en Hendaya (Francia) en octubre de 1940
Entre los países neutrales se encontraban España, Turquía, Irlanda, Portugal, Suiza y Suecia. Sin embargo, tanto España como Suecia se movieron en la órbita de Alemania, apoyándola política y militarmente. España envió la División Azul que luchó en el frente ruso, en tanto numerosos voluntarios suecos se integraron en las SS para combatir en ese mismo frente. Suecia fue un importante proveedor de recursos del III Reich, especialmente acero y maquinaria.
En lo que se refiere a la capacidad militar, antes de comenzar el conflicto, Alemania superaba claramente a Francia y Reino Unido en cantidad y calidad de armamento. En 1940 contaba con 139 divisiones, 3.500 carros de combate y 5.200 aviones. Frente a ello, el Ejército francés opuso 101 divisiones, 2.800 tanques y algo más de un millar de aviones. Reino Unido, aunque con una clara supremacía naval, disponía de 1.700 aviones.
General Erwin Rommel, uno de losmilitares más prestigiosos del ejército alemán
Pero donde la excelencia del Ejército alemán se manifestó incontestablemente fue en su magnífico cuadro de oficiales. Su preparación fue muy superior a la de los aliados, poniendo en práctica nuevas tácticas de guerra basadas en el Blitzkrieg, en tanto que los franceses continuaron aferrados a las viejas estrategias de la primera Gran Guerra.
Albert Speer, Ministro de Armamento y Guerra del III Reich y Hitler. 1943
A medida que la guerra progresaba, Alemania (también Japón) hubo de afrontar graves problemas de suministro. El potencial industrial estadounidense, unido al titánico esfuerzo desplegado por la Unión Soviética, hizo que las pérdidas en hombres y material no pudiesen ser repuestas a un ritmo adecuado. Eso a pesar del éxito que alcanzaron las medidas implementadas desde 1942 por el Ministro de Armamento Albert Speer. A pesar de la destrucción de las ciudades alemanas y los centros industriales, sometidos a intensos bombardeos, la producción bélica germana alcanzó altas cotas, cuadriplicando la de 1939.
La guerra y sus fases