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El final de la guerra. La derrota de Japón (1945) |
Soldados estadounidenses plantan su bandera en Iwo Jima. 23 de febrero de 1945
Desde enero de 1945 las tropas estadounidenses y británicas habían ido reconquistando palmo a palmo las islas del Pacífico e Indochina. La pérdida de Iwo Jima constituyó un grave contratiempo para Japón, pues desde ella los aliados controlaban una amplia área que amenazaba directamente el archipiélago japonés.
Japón era víctima de un férreo bloqueo y de violentos bombardeos estratégicos, pero resistía enconadamente. El presidente Truman, sucesor de Roosevelt (fallecido el 12 de abril de 1945), tras calcular el número de bajas norteamericanas que costaría la capitulación del Imperio nipón, decidió la utilización de las armas nucleares.
Hongo atómico provocado por la explosión de la bomba atómica de Nagasaki
El día 6 de agosto de 1945 la ciudad de Hiroshima fue destruida por un ingenio atómico que provocó la muerte instantánea de cerca de 100.000 personas, a las que hubo que sumar las que fallecieron posteriormente, como consecuencia de las heridas y los efectos de las radiaciones.
El día 8 de agosto la Unión Soviética declaró la guerra a Japón, incumpliendo de ese modo el pacto de neutralidad suscrito con Tokio en 1941. Los soviéticos invadieron Manchuria y Corea, ocupando las islas Kuriles y la isla de Sajalín.
El 9 de agosto una segunda bomba nuclear arrasó la ciudad de Nagasaki.
Japón se rindió incondicionalmente el 2 de septiembre de 1945. La firma se realizó en el acorazado Missouri, anclado en la bahía de Tokio. Habían transcurrido 4 meses desde la rendición del III Reich.
La organización de la paz