La
acción del Estado fascista en el campo político
El
régimen fascista abolió los derechos políticos
y los sustituyó por una estructura de carácter
corporativo que subordinaba la esencia
y la iniciativa individuales al interés
nacional. Todo quedaba sujeto al Estado: como
Mussolini expresó: "Todo en el Estado,
nada fuera del Estado, nada contra el Estado".
En
1925 una ley le otorgaba plenos poderes. Sometió
a control al partido único desprendiéndose
de los elementos que menos confianza le inspiraban. El
Partido Fascista quedó relegado a mero
instrumento propagandístico, útil para encuadrar
a un creciente número de militantes. Las funciones
que teóricamente le correspondían fueron
asumidas por el Gran Consejo Fascista,
en estrecho contacto con el Duce, quien
recurrió para ejercer su gobierno al uso de decretos
ley.
Los partidos políticos fueron
suprimidos -salvo el Nacional Fascista- mediante la Ley
de Defensa del Estado. La oposición
fue eliminada, los intelectuales silenciados. Se creó
un Tribunal especial para juzgar los
casos relacionados con los delitos políticos al
tiempo que se instituía una policía, la
OVRA ("Organizzacione
di Vigilanza e Repressione dell'Antifascismo"),
creada en 1926 y especializada en la persecución
de la disidencia.
La
política exterior de Mussolini se encaminó
en dos direcciones: por un lado, al restablecimiento
de relaciones con la Santa Sede, por otro, a
ofrecer una imagen internacional de Italia como gran
potencia militar y colonial.
En 1929, mediante
los Pactos de Letrán, Mussolini
normalizó sus relaciones con la Iglesia católica,
muy tensas desde que en 1870, ocho años más
tarde de la unificación italiana, el ejército
italiano ocupara Roma.
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Firma del Tratado de Letrán
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Desde entonces los papas
se habían considerado prisioneros
dentro del Vaticano. Mediante ese concordato (signado
por el Rey de Italia, a instancias de Mussolini
y el papa Pío XI) Italia reconocía
la soberanía del Estado
del Vaticano y, a cambio, se reconocía la
religión católica
como la oficial del Estado. |
Revista a las tropas de Etiopía
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Desde la derrota de Adua
en 1896 Italia aspiraba a incluir entre
sus posesiones coloniales el territorio de Abisinia.
En 1935 la conquistó. Con este territorio
y los de Eritrea y parte de Somalia fundó
la colonia del África Oriental
Italiana.
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El apoyo
que recibió de Hitler ante estas
acciones imperialistas acercó a Mussolini
a las posturas alemanas, olvidándose del
recelo que el nazismo le había suscitado,
fundamentalmente, debido a las pretensiones hitlerianas
de anexionarse Austria.
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Imperialismo |
En 1939 Mussolini conquistó
Albania, en tanto que Hitler hizo
lo propio con los territorios checoslovacos de Bohemia
y Moravia (Sudetes). |
Tropas italianas en España |
La guerra
civil española (1936-1939)
ofreció al fascismo italiano la oportunidad
de intervenir en un conflicto internacional,
intentando exportar la imagen de gran potencia.
Junto a Alemania, ayudó a los sublevados
contra la II República capitaneados por el
general Franco. |
Mussolini mantuvo
un trato de privilegio con la Alemania
hitleriana. En 1937 firmó con ella y Japón
una alianza militar, el Eje, que
nunca llegó a ser plenamente operativa. Al
comienzo de la II Guerra Mundial Italia se mantuvo
neutral hasta 1940. |
Adolf Hitler y Benito Mussolini |
Ese año declaró
la guerra a Francia -ya derrotada
por los alemanes- y a Gran Bretaña,
que en esos momentos atravesaba por serios apuros
militares en su lucha con Alemania. |
El Estado fascista italiano.
Campo económico