Racismo
y xenofobia
Todo
aquello que el fascismo interpretó que podía
descomponer una sociedad uniforme y rígidamente
estructurada fue perseguido. Así
ocurrió con las minorías raciales
(judíos, eslavos, gitanos, etc).
Judíos polacos |
En
la Alemania nazi estos grupos fueron en principio
aislados para evitar que contaminasen
a los "ciudadanos normales"; más
tarde se procedió a eliminarlos
desde una visión que perseguía contribuir
a la idea eugenésica de
mejorar la raza aria, considerada
como superior e identificada con el pueblo
alemán. |
Otros pueblos, racialmente
impuros (ej., los eslavos)
fueron objeto de desprecio o persecución
y, en cualquier caso, puestos al servicio de los
intereses de esa raza superior. |
Tras
esos planteamientos subyacía, de hecho,
un darwinismo
social que enfatizaba pseudocientíficamente
la desigualdad cultural, racial y étnica
de la humanidad, estableciendo una escala en importancia
cuyo peldaño superior era ocupado por la
raza aria. |
Juventudes Hitlerianas |
Esa idea suponía la
culminación ideológica que los europeos
habían exhibido durante la formación
de los grandes imperios coloniales. |
Horno crematorio de Auschwitz
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Especialmente
significativo fue el caso de los judíos,
a quien los jerarcas nazis responsabilizaban de
ser el origen de los males que aquejaban al pueblo
alemán y, por lo tanto, merecedores de ser
destruidos. Para ello se planificó la “solución
final”. |
En
otros países (Italia, España)
la xenofobia y el racismo, si bien estuvieron presentes
en su discurso ideológico, no llegaron
a alcanzar el grado de encono, violencia y sistematización
que en la Alemania hitleriana.
La Italia fascista
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