La
Restauración. Características
La restauración monárquica
tras la caída de Napoleón supuso:
La
vuelta a los principios del equilibrio europeo
quebrantados por la Revolución Francesa y la
política expansionista de Napoleón.
El
intento de reafirmación de los pilares del Antiguo
Régimen que se asentaban
en el absolutismo monárquico y la preponderancia
socioeconómica de los viejos grupos privilegiados.
Las potencias
más interesadas en la vuelta
al pasado fueron Austria (Metternich)
y Rusia (Alejandro I),
que se apoyaron en otras como España
y Prusia. Francia participó
en menor medida en esta política. En cuanto a
Gran Bretaña, no secundó
las tesis absolutistas.
La
creación de un ambiente contrarrevolucionario
que negaba la limitación de poder de los monarcas
e impedía la libertad de reunión y de
expresión, al tiempo que coaccionaba los derechos
de los ciudadanos conseguidos a raíz de la Revolución.
La
identificación con una cultura
romántica que sobreestimaba los
modelos y
valores de la
Edad
Media y la
tradición expresados a
través de un arte y una literatura que alentaba
lo
irracional y subjetivo frente a la
lógica de la
Ilustración
y el
enciclopedismo.