Término procedente de “Jacobin”,
es decir, del latín “Iacobus”
(Santiago), en alusión
a un convento de París donde celebraron durante
algún tiempo sus reuniones los integrantes
del grupo de revolucionarios al
que le fue aplicado el vocablo.
Los jacobinos constituían el ala radical
de la revolución, en oposición a los
más moderados girondinos.
Por el lugar que ocuparon en la Asamblea Nacional
(el más alto de la tribuna izquierda) también
se les designó con el apelativo de “montañeses”.
Desplazaron a los girondinos del
poder en junio de 1793 y en gran medida fueron los
responsables de la ejecución del rey Luis
XVI. En julio de 1794 (Thermidor
o "cálido") un golpe
de estado protagonizado por los sectores
más moderados (la "Llanura") de
la revolución acabó con el gobierno
jacobino, poniendo fin a la etapa denominada “Régimen
de Terror”, en alusión al
gran número de ejecuciones llevadas a cabo
bajo el liderazgo de los más exaltados (Robespierre).
Destacados jacobinos fueron Robespierre y Saint-Just.
En la actualidad el término
jacobino se aplica a quien es partidario de medidas
revolucionarias o al izquierdista radical.
También se aplica con carácter peyorativo
como sinónimo de exaltado, violento
o sanguinario.