El
efecto social más evidente de la crisis de
1929 fue el crecimiento del paro
a nivel mundial. El número de desempleados
se evaluó en al menos 40 millones. Los que conservaron
sus empleos sufrieron un importante recorte en sus salarios.
Parados recogiendo patatas. 1929
Paro y miseria. 1935
Los niveles de
bienestar alcanzados en Estados Unidos
a lo largo de la década de los veinte se
redujeron significativamente y la penuria se extendió
por el campo y las ciudades. Europa,
especialmente Alemania, en plena recuperación de posguerra, volvió
a alcanzar altas tasas de desempleo como consecuencia
del cierre de empresas.
El
comportamiento demográfico sufrió significativas
alteraciones: aumentó la mortalidad y el crecimiento vegetativo se detuvo. En Inglaterra el incremento demográfico de fines del siglo
XIX, estimado en un 13%, descendió en la década de
los Treinta al 4,5%. Sin embargo los países con regímenes fascistas incentivaron la natalidad desde
postulados político-ideológicos, ya que
el Estado la consideró útil para incrementar el potencial
militar.
Algunas zonas se erigieron
en focos de emigración,
un ejemplo fue el agro americano, afectado
ya desde antes de la crisis por el fenómeno
del paro.
La población
inició el traslado a las ciudades,
pero éstas aquejadas por la crisis
fueron incapaces de absorber el flujo y se poblaron de
guetos marginales donde reinaba la más absoluta pobreza.
Familia campesina de Alabama
Hooverville. 1932
En Estados Unidos
fueron denominados irónicamente "Hoovervilles"
(del presidente Hoover) y en ellas se abarrotaron más
de un millón de personas, hacinadas en viviendas
de hojalata y cartón, sin las más elementales
condiciones de higiene.
La
estructura social se modificó: junto
al empobrecimiento de las capas sociales más bajas,
especialmente obreros, también se vieron muy afectadas las clases medias, cuyas bases se
estrecharon. Buena parte sus miembros (funcionarios,
profesionales liberales, pequeños empresarios,
etc.) fueron arrastrados a la proletarización. En Alemania e Italia la clase
media alimentó en gran medida a los totalitarismos de carácter fascista.
Mussolini. 1934
Adolf Hitler
Las
desigualdades sociales se acentuaron, dando lugar
a una masa de desposeídos sin
posibilidad de afrontar su situación económica
y vital. Aquellos que conservaron el empleo (algunos
funcionarios, los que habían salvado sus ahorros,
pensionistas, etc), se beneficiaron en cierta manera de la bajada de los precios, pero la inmensa mayoría
de la población activa se empobreció.
Desempleados en Nueva York. 1937
Familia de California. 1936
Documental sobre la gran depresión.
Patrocinado por una empresa farmacéutica.
Quedó en entredicho
la capacidad del sistema para
garantizar la supervivencia de amplios sectores
que no tenían acceso
ni tan siquiera a los alimentos básicos,
en tanto que en el campo se destruían
cosechas enteras en un intento por mantener los precios agrícolas.
Emigrantes a California
Las organizaciones caritativas
se multiplicaron por doquier tratando de paliar
el desastre. En Europa y USA se sucedieron las marchas
contra el hambre.
Reparto de comida. 1932
Fenómenos como el alcoholismo, la delincuencia o el racismo se agudizaron. Allí
donde había minorías étnicas
se las persiguió de manera más
o menos encarnizada, como sucedió con los
negros de Estados Unidos o los judíos en
Alemania.
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