El
gobierno del Frente Popular puso en práctica
a partir de 1936
medidas
de corte keynasiano (subida de
salarios, reducción de la jornada laboral, vacaciones
pagadas, etc) tendentes a la reactivación de la
demanda interna. Esas medidas contribuyeron a paliar los efectos
de la crisis, aunque finalmente fue la industria de
armamentos la que, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial,
se erigió en la locomotora de la economía
francesa.