La
industria era de tipo artesanal y conservaba
todavía rasgos
gremiales. Los talleres artesanos empleaban un reducido número de trabajadores, siendo la
maquinaria escasa y las fuentes de
energía la humana, animal o la proporcionada por el agua o el viento. La
especialización era limitada, lo que significaba que el proceso de trabajo invertido en la creación de mercancías era controlado de principio a fin por una misma persona o un escaso número de operarios.