1) La quiebra de los campesinos
y su transformación en individuos sin
propiedad, jurídicamente libres,
carentes de medios de subsistencia y, por
lo tanto, obligados a vender
su fuerza de trabajo a los capitalistas.
Este hecho fue esencial en las nuevas relaciones
sociales que se dieron en el seno
de la industrialización, pues permitió
a los dueños de las fábricas
disponer de abundante mano de obra
procedente del campo con la que acrecentar
a través de la plusvalía
una riqueza que, reinvertida, multiplicó
el desarrollo del capitalismo
2) La concentración de caudales
en pocas
manos, esencial en la creación
y desarrollo de empresas industriales, por
ejemplo, en la Inglaterra del siglo XVIII.