En la práctica,
no obstante, el zar se reservó el
control
de la Duma a través de un Consejo de
Estado, el derecho a
veto de los
acuerdos que aquella tomase y la facultad de disolverla.
En 1907 el sufragio universal fue abolido y sustituido
por el
sufragio
censitario, con lo que las reformas del
Manifiesto de Octubre quedaban desvirtuadas.