EL
MOVIMIENTO OBRERO
La economía capitalista
e industrializada del siglo XIX, organizada en torno a los principios
del liberalismo, consagraba la existencia de dos clases sociales:
la trabajadora, desprovista de los medios
de producción y forzada a vender su fuerza de trabajo,
y la burguesa, dueña de esos medios
e inclinada a incrementar sus beneficios a costa de las
condiciones salariales y laborales de la primera. Cada
vez más se extendió la percepción
de que el capitalismo consagraba unas injustas
desigualdades que había que eliminar.
El movimiento obrero
surgió de esas condiciones, pero alcanzó
mayor o menor fuerza en función del grado de desarrollo
industrial de los países. Los primeros movimientos
de masas de carácter moderno se originaron en Inglaterra. Cristalizaron
en episodios como la destrucción de máquinas
(Ludismo)
y la creación de las Trade Unions,
primeras asociaciones de carácter sindical. El
que el fenómeno se produjese en Inglaterra y no en otro país se debió a su carácter de pionera de la industrialización. Más tarde, estructurados en
torno a la ideología marxista,
surgieron partidos de extracción
obrera que jugaron un importante papel en la acción política y social.
El ludismo