La Hélade (tierra de los helenos o de los griegos) no constituyó una entidad política unificada. Estaba formada por numerosos estados independientes denominados "polis". Éstos controlaban un territorio más o menos extenso, normalmente integrado por el núcleo urbano y sus alrededores. Contaban con leyes, instituciones, moneda y ejército propios. Las guerras entre las distintas polis fueron muy habituales.
Sin embargo, aunque carecían de unidad política, los griegos se consideraban a sí mismos miembros de una misma comunidad cultural: hablaban una misma lengua, profesaban una misma religión y sus costumbres eran muy parecidas. Cuando el Imperio Persa amenazó con conquistar Grecia, todas las polis se unieron para rechazar la agresión.