La pintura se utilizaba para decorar las paredes de
templos y
tumbas, así como para ilustrar
papiros.
Una
técnica muy empleada fue la del
fresco. Para conseguir los colores los pigmentos se diluían en
agua antes de ser aplicados sobre una pared húmeda.
La
temática era muy variada y oscilaba entre las representaciones
religiosas de carácter simbólico
(dioses, ritos) y las escenas de la
vida cotidiana ejecutadas con gran
realismo. Hay numerosas repesentaciones de
plantas y
animales.
Los
personajes de mayor importancia
(faraón, sacerdotes, etc.) se pintaban en mayor tamaño que los de menor categoría.
Jardín con estanque
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Rasgo típico de la pintura egipcia es que las figuras se dibujaban de
perfil, quedando únicamente de frente el tronco y los ojos.
Otra de sus características es la
ausencia de perspectiva y el empleo de
colores planos, es decir, sin degradar o difuminar.
Por otra parte, los hombres se representaban con
piel más oscura que los de las mujeres.
Fragmento del Libro de los muertos. Pintura sobre papiro |