Con anterioridad la Revolución
Industrial (Inglaterra,
siglo XVIII), las tasas de natalidad
eran muy elevadas, superando el 40 por mil.
En nuestros días la
tasa de natalidad media está en torno
al 28 por 1000, pero las diferencias entre países
son muy acusadas. Así unos mantienen
tasas de natalidad parecidas a las sociedades
anteriores a la revolución industrial,
mientras que otros bajan claramente del 10 por
mil.