Desde el punto de vista del colonialismo,
la metrópoli es el estado
que gobierna, administra o explota sus posesiones.
Fue el caso, por ejemplo, de Francia (metrópoli)
y sus colonias de Indochina, o el de Gran Bretaña
respecto a Australia y Nueva Zelanda.
Existieron diversas formas de control colonial
(protectorados, colonias, dominios,
etc), cada una de ellas con sus respectivas
particularidades.