Es la tendencia que sostiene que los valores culturales
y sociales de Europa Occidental
consituyen patrones o modelos universales. Tras
esta consideración se esconde el desconocimiento
y el desprecio de las demás
culturas.
En el siglo XIX, siguiendo con la tradición
iniciada en siglos precedentes, las potencias imperialistas
europeas trataron de imponer una
escala de valores supuestamente superior
a la de los pueblos sometidos. Entre estos últimos
se incluyeron algunos con culturas milenarias,
como el indio y el chino.