Proceso a través del cual un grupo humano
adquiere o asimila, usualmente de forma involuntaria,
determinados valores ajenos a su
tradición. Durante el siglo XIX los aborígenes
africanos, norteamericanos o australianos se vieron
sometidos a un acelerado proceso de recepción
y asimilación de elementos culturales (religión,
lengua, costumbres) ajenos a su historia.