Nicolás II
“Ruzski vino a verme por la mañana y me
leyó su larguísima conversación
por cable directo con Rodzianco. Según ésta,
la situación era tal que en Petrogrado cualquier
ministro de la Duma carecía de poder para hacer
cualquier cosa, puesto que tenía que luchar contra
el Partido Socialdemócrata, representado por
el comité de trabajadores. Se exige mi abdicación.
(...) En esencia lo que dicen es que para salvar a Rusia
y mantener en calma al ejército en el frente,
debe darse ese paso. Yo he aceptado. Desde el cuartel
general han enviado el borrador de una proclama. Por
la tarde llegaron de Petrogrado Guchkov y Shulgin, con
quienes discutí el asunto y a quienes hice entrega
de la proclama firmada y corregida. A la 1.00 de la
madrugada del día 16, abandoné Pskov con
el corazón destrozado debido a todo lo ocurrido.
A mi alrededor sólo hay traición, cobardía
y engaño.”
Nicolás II. Fragmento de su diario
íntimo, tras su abdicación.