El inglés Jethro Tull auténtico
pionero de la agricultura científica diseñó
esta sembradora en los primeros años del
siglo XVIII. Este ingenio posibilitaba cultivar
más rápidamente, colocando la simiente
en filas y facilitando con ello otras tareas agrícolas
como la recolección. Además la semilla
era enterrada a una mayor profundidad alejándose
de ese modo el peligro de pérdidas a causa
de los pájaros o el viento.