"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansado,
pero trabajo sin luz y paso miedo. Voy a las cuatro y
a veces a las tres y media de la mañana, y salgo
a las cinco y media de la tarde. No me duermo nunca. A
veces canto cuando hay luz, pero no en la oscuridad, entonces
no me atrevo a cantar. No me gusta estar en el pozo. Estoy
medio dormida a veces cuando voy por la mañana.
Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me
enseñan a rezar (...) He oído hablar de
Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino
a la tierra y no sé por qué murió,
pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras.
Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la mina."
Declaraciones de la niña Sarah Gooder,
de ocho años de edad. Testimonio recogido por la
Comisión Ashley para el estudio de la situación
en las minas, 1842.
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