“Cercamiento. Son tales y tantos los beneficios
y ventajas que se podrían derivar de un total cercamiento
de las common lands (tierras comunales) que me es imposible
describirlos o enumerarlos. Daría la oportunidad
de separar las tierras áridas de las húmedas,
la de desecar estas últimas, la de abonar las zonas
agotadas, y todo ello podría producir inestimables
resultados; el nuevo ordenamiento permitiría, con
la ayuda de hábiles ganaderos, la cría de
ovinos y bovinos de raza mucho mejor que las que se ven
habitualmente en estas zonas, en donde hay animales miserables
y medio muertos de hambre. Teniendo al ganado en zonas
cercadas se conseguiría mantener a un número
mayor con la misma cantidad de alimento. Su costumbre
de vagar y de moverse no sólo destruye la hierba
con sus pisadas, sino que también los reduce a
huesos y piel. Y ello en la actualidad hace necesaria
la presencia de un pastor que los meta y los saque del
establo. De otro lado, y mediante este sistema, el ganado
podría rendir a la comunidad y a los individuos
cien veces más de lo que los hacía hasta
ahora, antes de los cercamientos. Por último y
fundamental aspecto, se podría proteger al ganado
de la peste, esa mortal enfermedad que hace terribles
estragos en nuestros rebaños. Hay que añadir
que ese abastecería mejor de carne de buey y de
cordero a los mercados y que el precio de estos géneros
se reduciría considerablemente.
Hay que señalar también que el sistema de
las common lands nunca ha aportado nada a la solución
del problema del empleo. Y que apenas se hiciera un cercamiento,
la situación se transformaría positivamente,
y una desolada tierra inculta se convertiría en
la más risueña de las zonas. Actividades
y trabajos de toda índole se desarrollarían
en esos lugares. El que quisiera contribuir a esa empresa
encontraría una gran cantidad de ocasiones de trabajo:
excavar fosas y canales de desagüe, construir terraplenes
y vallas, plantar setos y árboles; los herreros
y demás artesanos del campo no tendrían
que quedarse con los brazos cruzados pues habría
mucho trabajo para ellos en la construcción de
factorías y de sus respectivos anexos, y en la
proyección y construcción de caminos, puentes,
cercados, empalizadas, aperos agrícolas, etc. Pocos
años después de haber llevado a buen término
estos primeros y temporales esfuerzos, y cuando todo el
conjunto estuviese organizado en un sistema agrícola
regular, se podría alimentar y dar trabajo a una
población notablemente aumentada.”
John Middleton. View of the agriculture of
Middlesex. 1798.