“Puede concluirse que la Revolución
Industrial Inglesa no tuvo un paralelo concreto entre
los países continentales. En ninguna otra parte
asumió el proceso de industrialización
el mismo carácter autónomo u orgánico;
en ninguna otra parte fue tan completo —como fenómeno
nacional— ni tuvo tanto éxito a la hora
de cambiar toda la estructura social. Es más,
en el contexto europeo este término tiende a
adoptar un significado distinto. Con él se cubre
todo el proceso con el que se crean las condiciones
sociales y legales para el pleno desarrollo del capitalismo
frente a la resistencia de los beneficiarios del antiguo
orden agrario e industrial, proceso que en Inglaterra
había empezado un siglo o más antes de
la industrialización. Incluso en los casos en
que, como en Alemania, se produjo un crecimiento muy
rápido de la industria —de tal modo que
lo que en Inglaterra había durado un siglo aproximadamente
se condensó allí en un par de décadas—,
el impacto pleno de la transición estuvo restringido
a ciertas regiones y, a pesar de toda su rapidez, fue
menos completo. El peso sustancial del sector agrario,
las supervivencias preindustriales en la sociedad y
la persistencia de regiones atrasadas dan testimonio
de ello. Durante el siglo xix la industrialización
europea tendió a ser un fenómeno principalmente
regional y la transformación de las economías
globales como unidad siguió siendo menos completa
que en Inglaterra. Incluso Bélgica, el más
pequeño de los países industriales, tenía
su región agraria atrasada. Alemania, el éxito
industrial sobresaliente entre las grandes potencias,
siguió manteniendo un gran sector agrícola
y algunas de las caracteristicas de una economía
dual. Aunque también en Francia se habían
sentado las bases de una economía moderna entre
los años de 1880 y 1914, la transformación
fue aún menos completa. En Rusia, los prometedores
interregnos de rápido crecimiento industrial
tendían a la imposición de un tope o a
la intensificación de las tensiones y debilidades
internas, debido a la influencia coercitiva de las viejas
estructuras heredadas. Italia arrostraba el handicap
de la falta de recursos naturales y del fracaso del
capitalismo por llevar a cabo una transformación
completa del sector agrario y disminuir su peso en la
economía o de resolver la cuestión sur.
En todas las demás partes, la industrialización
fue simplemente un fenómeno regional, y la creación
de economías nacionales modernas, aunque estaba
en curso, distaba mucho de ser completa. En cierto sentido,
pues, lo que cabe destacar al hablar del continente,
es lo inacabado y la dispersión geográfica
de su transtormación industrial, si se la compara
con Inglaterra. Por comparación con el resto
del mundo, sin embargo, Europa fue el área par
excellence del capitalismo avanzado."
Tom Kemp. La revolución industrial en
la Europa del siglo XIX.