“El acontecimiento más importante del último
cuarto de siglo en la historia británica es el
establecimiento de los ferrocarriles. La extraordinaria
magnitud del capital que ha absorbido, los cambios que
ha producido en los hábitos de la sociedad, los
triunfos y desilusiones de los que ha sido la causa,
y por encima de todo, las nuevas y numerosas actividades
a las que ha dado nacimiento, debe conducir a todo el
que reflexione sobre el asunto a admitir que la importancia
de los resultados generales de esta clase de tareas
apenas puede ser exagerada. (...) Me parece que si la
Cámara hubiese dirigido acertadamente el desembolso
de capital en los ferrocarriles, como una fuente para
la inversión gradual y provechosa de beneficios
y ahorros, habría obtenido un inmenso bien para
la nación; pero al permitir que la gente se lanzase
a empresas para las que no tenían fondos para
acabarlas, y de las que el campo no tenía urgente
necesidad, han sido causa de grandes apuros privados
y, sin duda, ha afectado muy negativamente a las finanzas
públicas (…).”
William Johnston. Brítain as it is.
1851.