“Los impuestos señoriales
eran los más duros y los más impopulares.
El régimen feudal pesaba sobre todas las tierras
y llevaba consigo la percepción de derechos (...)
Los derechos propiamente señoriales abarcaban los
derechos de caza, pesca, palomas, peajes, mercados, trabajos
principales al servicio del señor (...) el derecho
a que muelan en su molino (...) el señor conservaba
la propiedad directa de las tierras que cultivaban los
campesinos, por las que pagaban réditos anuales
(rentas y censos en dinero y algunas gavillas de mieses)
de las cosechas. Este régimen variaba de intensidad
según las regiones (...) Para apreciar su nivel
hay que tener en cuenta no sólo los propios impuestos,
sino también las vejaciones y abusos a los que
daba lugar.”
Soboul, A. La Revolución Francesa.
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