“Todos los que hablan un mismo
idioma (...) hállanse unidos entre sí desde
el principio por un cúmulo de lazos invisibles
(...) de modo que los hombres no forman una nación
porque viven en este o el otro lado de una cordillera
de montañas o un río, sino que viven juntos
(...) porque primitivamente, y en virtud de leyes naturales
de orden superior, formaban ya un pueblo.
Así la nación alemana, gracias a poseer
un idioma y una manera de pensar comunes, hallábase
suficientemente unida y se distinguía con claridad
de los demás pueblos de la vieja Europa...”
Fichte. “Discursos a la nación alemana,
1807".
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