Poblado sioux de América del Norte
“Como las olas del océano,
sobre los asentamientos del Oeste se abatieron tres oleadas
diferentes.
Los primeros en llegar fueron los pioneros cuyas familias,
para subsistir, dependían básicamente del
crecimiento espontáneo de la vegetación
y de los recursos e la caza, (...) sus esfuerzos se encaminaban
sobre todo a conseguir una cosecha de maíz y un
pequeño huerto. (...). Construían sus cabañas
(...) y las ocupaban hasta que la vegetación comenzaba
a desaparecer y la caza escaseaba (...).
La siguiente oleada de inmigrantes
compró tierras, añadió un campo a
otro, desbrozó los caminos, construyó rústicos
puentes, levantó casas con troncos de madera y
ventanas de cristal y chimeneas de ladrillo o piedra,
plantó ocasionalmente huertas, montó talleres
y edificó escuelas, tribunales, etc, ofreciendo
la imagen y las formas de una vida civilizada, sencilla
y frual.
Irrumpió la tercera oleada.
Llegaron los capitalistas y los empresarios. (...). La
pequeña aldea creció hasta convertirse en
un pueblo o ciudad espaciosa; surgieron grandes edificios
de ladrillo, dilatados campos, huertos, jardines, colegios
e iglesias. (...).
Una oleada tras otra avanzaba hacia el oeste; el auténtico
Eldorado estaba siempre más allá.”
Peck. Nueva guía del Oeste. 1837.
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