Habían recibido (los burgueses), en general, una
educación que les era más necesaria que
a los gentilhombres, de los que unos por nacimiento y
por su riqueza obtenían los primeros puestos del
Estado sin mérito y sin talento, mientras que otros
estaban destinados a languidecer en los empleos subalternos
del ejército (...)
Así, en París y en las grandes ciudades,
la burguesía era superior en riquezas, en talento
y en mérito personal. Tenían en las ciudades
de provincia la misma superioridad sobre la nobleza rural,
y sentía esa superioridad, aunque en todas partes
era humillada.”
Marqués de Bouillé (1739-1800).
Memorias sobre la revolución francesa.
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