“No tengo más ropa que la de mi trabajo:
algunos pantalones y una chaqueta rota...Arrastro las
vagonetas bajo tierra a lo largo de media legua, ida
y vuelta. Las arrastro durante once horas diarias con
la ayuda de la una cadena atada a mi cintura. Las heridas
que tengo en la cabeza me las he hecho descargando vagonetas.
Los hombres del equipo al que estoy atado trabajan desnudos,
salvo el casco en la cabeza. Algunas veces cuando no
soy rápido, me golpean."
Manifestaciónes de un niño trabajador
de doce años. Extraído de LAZO, A. Revoluciones
del mundo moderno.