"La colonización
es la fuerza expansiva de un pueblo, es su potencia de
reproducción, es su dilatación y su multiplicación
a través del espacio, es la sumisión del
universo o de una gran porte de él, a su lengua,
a sus costumbres, a sus ideas y a sus leyes. Un pueblo
que coloniza es un pueblo que pone los cimientos de su
grandeza y de su supremacía futura (...). Desde
el punto de vista moral e intelectual, este crecimiento
del número de las fuerzas y de las inteligencias
humanas modifica y diversifica la producción intelectual.
¿Quién puede negar que la literatura, las
artes y las ciencias de una raza determinada al ser amplificados,
adquieren un impulso que no se encuentra entre los pueblos
de una naturaleza más pasiva y sedentaria?
Desde cualquier punto de vista que se adopte, sea que
nos contentemos con la consideración de la prosperidad,
de la autoridad y de la influencia política, sea
que nos elevemos a la contemplación de la grandeza
intelectual, he aquí el enunciado de una verdad
indiscutible: el pueblo que coloniza más es el
primer y mejor pueblo, y sin no lo es hoy, lo será
mañana."
P. Leroy-Beaulieu,
La colonización en los tiempos modernos, 1874.
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