“Tanto el nazismo como el fascismo italiano lograron
agrupar un núcleo considerable de apoyo dentro
de la clase obrera que no se obtuvo -en mi opinión-
por la promesas tan liberalmente formuladas de rescatarla
del desempleo y la penuria (aunque es indudable que
tuvieron cierta influencia, especialmente en las primeras
etapas del desarrollo del movimiento). La mayoría
del apoyo obrero fue atraído al nazismo mucho
más por su intransigente nacionalismo y racismo
que por su atractivo económico.”
G.D. Cole. Historia del pensamiento socialista.
Socialismo y fascismo, 1931-1939. 1940.