“La definición puede ser
ésta: El Consejo Nacional de las Corporaciones
es en la economía italiana lo que el Estado Mayor
en el Ejército: el cerebro pensante que prepara
y coordina. La semejanza militar. No os desagradará,
porque la economía italiana tiene que combatir
en verdad, una ruda e incesante guerra que requiere un
Estado Mayor, mandos y tropas que se hallen a la altura
de la situación para la misión que se les
confía.
(…) En el artículo 12 está toda la
corporación, tal como la entiende y la quiera el
Estado fascista. En las corporaciones, el sindicalismo
fascista encuentra su meta. El sindicalismo, de cualquier
índole, tiene un proceso que podría llamarse
común, salvo en los métodos; se comienza
por la educación del individuo a la vida asociativa;
se continúa con la estipulación de los contratos
colectivos, se efectúa la solidaridad de asistencia
mutual es, se perfecciona la habilidad profesional. Pero
mientras el sindicalismo socialista, por el camino de
la lucha de clases desemboca en la política con
su programa de supresión de la propiedad privada
y de la iniciativa individual, el sindicalismo fascista,
a través de la colaboración de las clases,
desemboca en las corporaciones, que dan a la colaboración
armonía y sistema, defendiendo la propiedad pero
elevándola a función social, respetando
la iniciativa privada, pero en el ámbito de la
vida y de la economía de la nación.
El sindicalismo no puede ser un fin en sí: o se
convierte en socialismo político o en corporaciones
fascistas. Sólo en las corporaciones se realiza
la unidad económica en sus diversos elementos:
capital, trabajo y técnia.”
Benito Mussolini. Discurso en el Consejo Nacional
de las Corporaciones. 22 de abril de 1930.
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