“El acuerdo de Locarno presenta la novedad
de sustituir el espíritu de desconfianza por
un espiritu de solidaridad. Y es por la solidaridad
humana que hay que hacer que la guerra sea imposible.
Ahí tengo, delante de mi, a los delegados de
Alemania ... y eso no quiere decir que yo no siga siendo
un buen francés, como ellos son, a buen seguro,
unos buenos alemanes. Pero es que aquí todos
nosotros no somos más que unos buenos europeos.
Basta de guerras, basta de soluciones sangrientas para
nuestras diferencias. Desde luego que no han desaparecido,
pero a partir de ahora va a ser el juez quien fije el
derecho. Del mismo modo que los ciudadanos individuales
van a solucionar sus dificultades ante los magistrados,
también nosotros vamos a solucionar las nuestras
por procedimientos pacificas. ¡Atrás los
fusiles, las ametralladoras, los cañones! ¡Que
dejen lugar a la conciliación, al arbitraje,
a la paz!”
A. Briand. Declaraciones sobre el Tratado de
Locarno.