“El martes 29 de octubre fue el día más
devastador en la historia de la Bolsa de Nueva York
y, posiblemente, el más devastador en la historia
de todos los mercados. Todo lo peor de todos los días
anteriores se dio cita en él. El volumen de contratación
fue inmensamente superior al del “Jueves Negro”;
la degradación de los precios alcanzó
profundidades sólo superadas el lunes. La incertidumbre
y la alarma fueron tan grandes como en cualquiera de
los días citados.
Tan pronto como abrió el mercado, se empezó
a vender con enloquecida urgencia. Se ofrecían
grandes masas de valores al precio que quisiesen dar;
de haber continuado todo el día el ritmo de venta
de la primera hora el volumen total habría sido
de 33 millones de transferencias.”
Galbraith. El crac del 29.