“La causa principal de que el
hombre siga siendo pobre es su falta de inteligencia,
su falta de capacidad para trabajar, su inconstancia
y su desconocimiento del modo de emplear sus dones naturales.
De entre un centenar o un millar de personas, muy pocas
son realmente laboriosas, inteligentes y afables. Cuando
existen estas cualidades, es posible enriquecerse con
rapidez.”
C. Fay. Los negocios en política.
1926.