David Solar
“Nada hacía presumir en
aquella apacible mañana otoñal del jueves
24 de octubre, que pasaría a la historia como
una de las fechas negras del siglo, el jueves negro
de Wall Street.
La sesión bursátil se inició de
forma sostenida, pero en seguida afluyeron grandes cantidades
de papel y se hundieron los precios. Los angustiados
especuladores arrojaron sus títulos sobre las
mesas de contratación. El ticker (teletipo) se
retrasó. Los agentes de bolsa exigieron garantías
para los títulos a crédito y ante la imposibilidad
de obtenerlos, volcaron nuevas remesas de papel sobre
la bolsa, ocasionando nuevas bajadas. Y así ola
tras ola, levantando una tempestad más fuerte
e incontrolable.
En la calle se originaron tumultos entre especuladores
y curiosos que se arremolinaban en Wall Street. La policía
tomó medidas. Entre los corrillos circuló
el rumor de que once especuladores arruinados se habían
suicidado. A las 12'30, para controlar el follón,
se ordenó desalojar las dependencias de la bolsa
reservadas al público. Uno de los que salió
a la calle fue Winston Churchill, que pocos meses antes
había abandonado el Ministerio de Hacienda británico.
Churchill se admira del “orden y la calma sorprendentes”
que, dada la gravísima situación, mantenían
los especuladores que estaban allí (...) ofreciéndose
unos a otros paquetes enormes de acciones a un tercio
de sus antiguos precios y a la mitad e su valor actual
y sin encontrar durante muchos minutos a nadie lo bastante
fuerte como para recoger las fortunas que se veían
obligados a ofrecer”. Churchill, que llevaba tres
meses en América dando conferencias y visitando
amigos, había obtenido unas ganancias de na 5.000
libras jugando a la bolsa. Debió perderlo todo
en el crack, pero jamás lo hizo público.”
David Solar. El crack. Historia
Universal del siglo XX. Historia 16.