Condorcet. 1743-1794
“Nuestra esperanza en el porvenir de la especie
humana puede reducirse a tres puntos importantes: la
destrucción de la desigualdad entre las naciones,
los progresos de la igualdad dentro de un mismo pueblo,
y, en fin, el perfeccionamiento real del hombre.
Llegará pues el día en que el sol no alumbrará
en la tierra más que a hombres libres, que no
reconozcan a otro señor que su propia razón
(...).
Con una buena elección tanto de los conocimientos
como de los métodos para enseñarlos, se
puede instruir a todo un pueblo de todo lo que cada
hombre necesita saber sobre la economía doméstica,
la administración de sus negocios, el desarrollo
de sus facultades, el conocimiento de sus derechos (...),
para ser dueño de sí mismo.
La igualdad de la instrucción corregiría
la desigualdad de las facultades, lo mismo que una legislación
previsora disminuiría la desigualdad de riquezas.
Aceleraría el progreso de las ciencias y de las
artes creándole un medio favorable y multiplicando
los artesanos (...). El efecto sería el crecimiento
del bienestar para todos.”