Bossuet
“No existe ninguna forma de gobierno
ni institución humana alguna que no presente inconvenientes;
de tal suerte que se debe seguir con el mismo tipo de
gobierno al que un largo tiempo de vivencia ha acostumbrado
al pueblo. (…)
Únicamente al príncipe incumbe velar por
el bienestar del pueblo; éste es el primer artículo
y fundamento sobre el que se basan los demás; (…)
no puede existir poder alguno que no de penda de él;
ni asamblea alguna que exista si no es contando con su
visto bueno.
Así es cómo, a favor del bienestar de un
Estado, se deposita en una misma mano todo el poder. El
desperdigar dicho poder es dividir al Estado; es dar al
traste con la paz pública.
Por su condición el príncipe es el padre
del pueblo; su grandeza le sitúa muy por encima
de los intereses mezquinos; a mayor abundamiento, toda
su grandeza y su propio y lógico interés
se basan en el que el pueblo sea conservado, puesto que
a la postre si le faltase el pueblo, dejaría de
ser príncipe. Por tanto, nada mejor que el entregar
todas las riendas del poder del Estado a aquel que mayor
interés tenga en la conservación y en la
grandeza del Estado…”
Bossuet.
Política
según la Sagrada Escritura.
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