"La «solución final", discutida en el verano de 1941 e implementada desde entonces hasta pocas semanas antes del colapso total en mayo de 1945, significó en primer lugar la aniquilación de los judíos, pero también la de los gitanos y la de los incapacitados físicos o mentales de todas las «razas». Comandos de la Wehrmacht (ejército de Hitler) y de las SS ejecutaron a grupos de judíos capturados conforme entraban a los pueblos de la Rusia blanca y Ucrania. Experimentaron así mismo el envenenamiento con monóxido de carbono y el ametrallamiento de grupos de judíos frente a las tumbas que, momentos antes, esos judíos habían sido invitados a cavar.
Semejantes métodos eran demasiado lentos y también demasiado obvios para las escandalizadas poblaciones locales. La solución metodológica, puesta en práctica a principios de 1942, fue la construcción de fábricas de la muerte en campos específicos de Polonia y el uso del Cyclon B, un gas que se producía como insecticida. Los sistemas ferroviarios de todos los países ocupados suministraron los vagones de carga, el carbón y la tripulación de los trenes. Empresas químicas alemanas suministraron el gas, los hornos de altas temperaturas y los medios para reconvertir en productos de uso industrial las ropas, los dientes postizos, la joyería y los artículos de cuero, confiscados sistemáticamente a las víctimas.”
G. Jackson. Civilización y barbarie en la Europa del siglo XX, Planeta.