“Pero la competencia
entre exportadores alemanes e ingleses era muy dura
en casi todos los mercados europeos (...)
En 1898, las compras efectuadas por Francia en Alemania
llegaban apenas a los tres quintos de las que eran efectuadas
por ella en Gran Bretaña; en 1913, las importaciones
alemanas e inglesas se encontraban casi al mismo nivel.
En Bélgica, donde, en 1898, eran más importantes
las importaciones inglesas que las alemanas, ahora las
alemanas sobrepasaban en 200 millones de francos belgas
a las inglesas.
Los holandeses compraron, en 1913, 1.051 millones de
florines de mercancías alemanas, y solamente
356 millones de mercancías inglesas.
En Italia, donde el comercio inglés (...) había
conservado clara preponderancia hasta finales del siglo
XIX, la situación se había invertido;
las importaciones alemanas (626 millones de liras) sobrepasaron
en 50 millones de liras en 1912 a las importaciones
inglesas.
En Rusia, las importaciones alemanas (...) llegaban
al cuádruplo de las importaciones inglesas.
Por último, las supremacía del comercio
alemán sobre el inglés, desde 1890 en
Rumanía y desde 1901 en Serbia, se extendió
en 1911 a Bulgaria.”
Pierre Renouvin. Historia de las relaciones
internacionales.