“A pesar mío
soy cada vez menos inglés. Mi calzado es francés,
mi ropa alemana, las sillas de mi despacho son de fabricación
alemana, lo mismo ocurre con mis plumas, mi papel y
mi alfombra: la cerveza que bebo es alemana. Pronto
lo único inglés de mi casa serán
mi carne y mis huesos y los sentimientos inmutables
que me animan.”
Palabras del cónsul del Reino Unido en
Aleppo (1898).