Canciller O. Von Bismarck
“Debemos atenuar
el descontento provocado por el hecho de que nos hemos
convertido en una gran potencia, haciendo sentir al
mundo el peso de estas fuerzas, lealmente y con un espíritu
pacífico bien entendido. Debemos convencerle
de esta forma de que una hegemonía alemana en
Europa es más útil, más desinteresada
y menos perjudicial para la libertad ajena que una hegemonía
francesa, rusa o inglesa. El respeto a los derechos
inherentes a otros países, que Francia en especial
no admitió durante el tiempo de su preponderancia
y que Inglaterra sólo reconoce según sus
intereses, será más fácilmente
observado por Alemania por dos razones: por un lado,
a causa del carácter alemán, esencialmente
objetivo; por otro lado, y ello sin mérito alguno
de nuestra parte, porque no tenemos ninguna necesidad
perentoria de ampliar nuestro territorio. (...) La política
alemana (...) sólo tiene un deseo: mostrarse
justa y pacífica.”
Testamento político de
Bismarck.