“Turquía está ya
completamente inundada por nuestros compatriotas; hay
más de un billón en inversiones de capital
y no se puede me nos que reconocer que nuestra influencia
ha aumentado de manera enorme en el imperio otomano.
Sólo en Constantinopla viven más de tres
mil connacionales nuestros. El comercio alemán
con los otomanos se eleva a 105 millones de marcos y
ocupa el cuarto lugar entre todas las naciones que a
él concurren, mientras que el tráfico
de nuestros armadores ocupa un rango honorable en la
navegación del mediterráneo oriental.
Una gran linea férrea, que se puede igualar en
importancia a las gigantescas vías transcontinentales
de América, Siberia y África, ha sido
patrocinada por nuestra gran banca y está ya
medio construida.
Anatolia y Mesopotamia van a ser puestas en valor por
nosotros. Finalmente, nuestros instructores militares
entre los que se cuentan nuestros primeros estrategas,
han llevado al ejército turco hasta las alturas
imponentes de la educación moderna.
Desde 1910, Turquía es un peón de una
importancia considerable en el tablero de ajedrez de
la política mundial alemana.”
Afirmaciones de Albrecht Wirth,
universitario alemán. 1912.